Un ensayo para el mundo.

Fue una conversación muy interesante la que tuvimos el martes 23 de octubre en la clase de Filosofía. Me refiero específicamente a cuando hablamos de varios personajes ilustres que tenían distintos puntos de vista acerca de cómo ellos pensaban que se debe vivir la vida. La más interesante por mucho fue la de el director japonés Akira Kurosawa. Hablamos de su película “Ikiru”, la cual se traduce a “Vivir”, en la que un simple trabajador japonés el cual lleva una vida aburrida y monótona, da un giro de 180 grados cuando es diagnosticado con una enfermedad terminal. Ésta enfermedad lo lleva a luchar por algo significativo y así logra cambiar el mundo, o al menos su pequeña parte de éste.

Mi argumento acerca de la vida no se aleja mucho de esa realidad. Desde pequeño siempre me “atormentaba” la idea de morir sin haber vivido. Y definitivamente una persona tiene que tener una idea muy clara en su mente de lo que significa el vivir para entonces cuestionarse si está cumpliendo con los requisitos de tal idea. Para mi el vivir, como dice la película en este caso, es dejar una marca en el mundo, algo por lo que se te pueda reconocer para toda la vida y por lo que tus antepasados y descendientes te puedan recordar.

Aún así, me gustaría añadirle algo a esta hermosa idea algo que he aprendido durante estos recientes años en mi vida. Es importante que no solamente intentemos el dejar una marca en el mundo, sino también el encontrar a personas con las que podamos compartir nuestros logros y triunfos mientras estamos en la Tierra. No podría recalcar más lo importante que es para mí y para la sociedad la formación familiar. Ya sea producida por cualquier tipo de padres que se identifiquen por cualquier tipo se sexo o identidad propia, considero super importante la idea de que debemos encontrar una familia a la que llamemos hogar.

Ha ido rondando esta idea, específicamente la veo rondar en el mundo del entretenimiento, de que es mejor para las personas el estar solos, basándose en el comentario de que una familia es un lugar difícil para vivir. Y claro, no le quito crédito en esa parte, definitivamente una familia es un concepto complicado. Todas las familias son diferentes y todas tienen sus diversos problemas, pero al final del día son las personas con las que podrías contar para todo.

Aclaro, una familia en mi opinión no es necesario que se componga de mamá, papá, hermanos o hermanas, ya que no todo el mundo tiene la oportunidad de compartir ese tipo de modelo. Pero el tan solo poder decir que tienes unos amigos o una pareja con la que puedas compartir tus experiencias de vida, eso es más que suficiente para que tu vida se vuelva más rica en alegría, esperanza, amor y compasión con el resto de la sociedad que nos rodea día a día.

En el mundo en que vivimos hoy hace mucha falta de entendimiento mutuo. Las personas se han concentrado demasiado en pelear y protestar por diversos tipos de creencias, pero hemos perdido la compasión y el simple comportamiento de sentarnos con las personas para escuchar y tratar de entender sus puntos de vista. La humanidad no necesita más protestantes que solo griten y se agiten porque no se está diciendo o haciendo lo que ellos quieren.

Se que es un tema complicado y profundo pero, en conclusión, lo que quiero traer es un mensaje de paz en tiempos de guerra. Tal vez no sea escuchado por muchos ya que hay tantos heridos allá fuera pero si tan solo uno me entendiese podríamos crear un mejor futuro para todos y juntos dejar una marca que nuestros antepasados puedan apreciar y nuestros descendientes puedan disfrutar.

“No importando lo que la gente te diga, palabras e ideas pueden cambiar el mundo.”

- Robin Williams.